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domingo, 26 de febrero de 2012

Batirse en duelo con una misma.

Febrero ha sido un mes sin poesía. Ya enero lo prologó sin letras. Diciembre tuvo cierto espíritu y los tres anteriores fueron el primer trimestre. No parece estar siendo un buen curso para las chicas sin talento.
Ella era de las que tenía más que un talento, una especialidad; era especialista en disparar dardos. No entendía si eso suponía un control absoluto de las palabras o un descontrol absurdo de las mismas. Palabras que parecen elegidas al azar, que no parecen contener una gran carga semántica o emotiva pero que salen disparadas por el impulso y acaban impactando en los límites de los demás.
Ya se sabía de lo mucho que le gustaba provocar; algunos pensábamos que era sólo una cuestión estética, una actitud posada e impostada. Ahora quizás haya que pensar que va más allá. Provoca, agita, molesta y a veces se plantea si no será mejor callarse.
La he visto disparar sus dardos. Lo hace con un brillo en la mirada que demuestra que se divierte; sus ojos parecen sonreír mientras su boca arroja con aparente inocencia palabras que luego la harán sufrir. Porque su talento ahí radica, en un disparo tan eficaz que no sólo impacta en uno sino que se revierte y vuelve siempre contra ella. Una vez más da sentido al refranero matando dos pájaros de un tiro. Lástima que uno sea ella.

sábado, 11 de febrero de 2012

Súper Araki


qué emoción!
unas bragas que en el culo tienen volantes y por delante cuadritos escoceses. No es una pervesión; es algo estético, raya con lo ético porque conmociona.
Y qué es el arte si no la conmoción o emoción o sensación. Es siempre agudo, trasnochado e imaginado. Está en mi cabeza que no entiende de relojes pero sí conoce las horas. Obsesionan. El sueño, el ritmo y el descanso. Los fármacos, el enganche y la adrenalina. Quería bailar y acabo escribiendo lo que no digo.

domingo, 5 de febrero de 2012

Carnaval, carnaval...



Ha llegado la oscuridad, el frío, la lluvia pero no la melancolía. Dentro de ella aparece más miedo y soledad y siente que se va llenando de angustia sin dejar hueco a esperanzas vanas. Es alegre pese a todo; quizás por los demás, pero sin disimulo. No sabe impostar. Utiliza la ropa como disfraz y en carnaval se queda en casa. Cuando la invitan a fiestas de disfraces, no va. Creen que es aburrida o sosa o tímida pero lo que es realmente es reprimida. Sabe que detrás de un personaje daría rienda suelta a comportarse como una salvaje. El de japonesa le gustaría para diario, el de esquimal para los fines de semana, el de hawaina para el verano, charlestón para bailar, payaso para ir a trabajar, cleopatra para ligar...desnuda es como menos se la puede ver porque ha llegado la oscuridad, el frío y la lluvia, pero no la melancolía.