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sábado, 8 de febrero de 2020

La entrada del túnel.

A veces gritar al vacío es el único deshago que podemos permitirnos. El grito no deja de ser un suspiro más agudo. Es un trago que se agarra a la garganta y te asfixia. Otras veces brota líquido, lágrimas sordas. Tantas veces confluyen en sonora desesperación. Yo soy una perdedora y así debo asumirme. Solo ganaré el día que entienda que en la derrota está mi sino porque si no, no tendría sentido esta vida concebida como lucha.

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