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domingo, 23 de octubre de 2011

Ni puto caso


Balances y balanceos. Podría ser un nombre puesto a un momento vital, a su momento vital.
Tira de memoria buscando un recoveco amable donde guarecerse de un otoño que deviene nostálgico.
Ha pensado mucho en su intrahistoria y en lo que la espera extramuros; no sabe qué da más miedo.
Está construyendo su personaje y teme que éste la atrape inexorablemente. Debe deshacer el nudo y encontrar una salida de emergencia. Tiene que planear una fuga que sea o no sea fugaz. No puede ser una fuga carcelaria que recorra su submundo, porque se trata de saber caminar entre la luz. Está cogiendo impulso un día que el viento remueve las hojas que ante ella siempre están en blanco. Retos que todavía no están rotos; porque es pasión  lo que palpita dentro de ella misma. Balances y balanceos.

6 comentarios:

Marie dijo...

Me gusta la composición de las palabras. Tan pendiente. Tan otoñal.

Esto es una reflexión quasi-privada: me gusta leerte así, cuando siento que conecto tanto contigo. Estás cerca.


Mujer guapa.

sara dijo...

Gracias,
siempre hemos estado cerca.

Anónimo dijo...

jejeje, sí, parece que la fuga la estás perfeccionando; ni me enteré de cuando te fuiste, pero no tardé mucho en subir a saludar. Güeno, otra vez será bruji.

Noelplebeyo dijo...

al final se encuentra un punto de equilibrio, aun en una caida

Bird dijo...

Esta entrada me quitó el sueño. Aun no se qué opinar.
Supongo que no debo interpretarlo, solo disfrutarlo. Suerte.

Javier dijo...

Hoy llueve, me cobije en unos dockers y una camiseta negra, la humedad protege de la lluvia.

Salí del cobijo, a olfatear el otoño, a merendarme la lluvia, las guaridas ayudan, protegen, pero es el raso lo que nos da la libertad de esa cárcel sin barrotes.

Un texto precioso y balanceado