Sinossuke se atrinchera. Intuye el peligro. Tiene miedo. No conoce otra manera de protegerse más que esconderse. Sinossuke teme terminar con su soledad. Su soledad es cómoda, es placentera, es egoísta y es libre. Sinossuke es hija única y mujer sola. Predestinada a caminar sola reconoce que a veces gusta de agarrarse de un brazo o de dejarse abrazar hasta casa; sobretodo en los retornos etílicos. Como no es romántica, sus despedidas no terminan en magreo en el portal; pero como tiene miedo, suele echarles de su casa en cuanto asoma la lucidez. Lucidez que se esconde en braguetas abultadas y despiadadas. Es víctima, pese a que los verdugos se empeñen en pintarla fría; y no los desmiente, porque ante ellos siempre será fría, gélida.
El desafío llega sobrio y asusta. Domina el juego pero le aterra la realidad. Piensa que es hora de enfrentarse a ella a cara descubierta, salir de la trinchera sin escudo y buscar el armisticio
pero...
Sinossuke se atrinchera, intuye el peligro, tiene miedo