Pasión, amor, morbo, ansias, excitación, expectación, gusto, placer, necesidad, hombría, valentía, ilusión, miedo, complacencia, protección, admiración, dudas...Todo eso y mucho más,no?
No.
-¿Qué harás esta noche? -Nunca hago planes con tanta antelación.
Pasión, amor, morbo, ansias, excitación, expectación, gusto, placer, necesidad, hombría, valentía, ilusión, miedo, complacencia, protección, admiración, dudas...Todo eso y mucho más,no?
No.
Aquella noche fría de enero, se quitó su chaqueta y le cubrió los hombros. Curiosa caballerosidad.
Aquel final de tarde en agosto, la esperó con la toalla en la orilla, para secarla al salir del mar. Curiosa protección.
Aquella primera mañana, tras aquella primera noche, le dio su camisa para que no fuera desnuda al servicio. Curioso pudor.
Aquella tarde de domingo,le echó una manta por encima cuando se durmió con un libro entre las manos. Curiosa lectura.
¿Por qué querer tapar también su boca?
¿Por qué no querer dejar de taparle los ojos?
Curioso amor que quita en vez de dar y que oculta en lugar de mostrar.
Paladeó.
Un gusto agrio inundó su boca. Tragó saliva y se convirtió en un eco dulce y evocador de lo que había sido. Cerró los ojos para pasar el trago y concentrarse en el recorrido que conectaría su boca con su alma y que pondría alerta todos sus sentidos.
Se pasó la lengua por los labios y en un gesto protector el superior abrazó al inferior. Paseó otra vez la lengua, comprobando que quedaba esencia en los pliegues; clavó sus dientes y curvó la lengua chupándose así misma.
Abrió los ojos.
Todas las noches el mismo ritual para poder dormir:las malditas-benditas gotas.
La inspiración, la comunión, la armonía, la belleza, la pasión, la fuerza, el apoyo, la confianza, la tensión, la relajación, la sincronía, la respiración, la elevación, la conmoción, la naturalidad, la elegancia, el virtuosismo, la energía, la sinestesia, la suavidad, el fluir de una lágrima...
Después de hacer el amor con Él, quiso ecribirlo para no olvidarlo jamás, pero no encontró palabras.
Después de ser música frustada, bailarina frustada, escritora frustada...entendió que el Arte no era lo suyo. Vivir en aquel París de alta costura y no ser nadie era imperdonable. El exilio sonaba poético pero le faltaba valor para el viaje. Además siempre tenía cosas pendientes y tampoco quería dejar de hacerlas, de vivirlas.
Una era enamorarse en francés.
Otra era cocinar en español.
Se moría por una ópera en italiano.
Soñaba con la cama turca
Y hubiera jurado en arameo que nunca volvería a pasar hambre.
Tantos capítulos por protagonizar todavía...y tantas excusas para evitar volar.