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jueves, 31 de marzo de 2011

Professionnel





Para completar el chiste de Forges Forges entre las aulas.


El chiste de Forges que se publicó ayer en este periódico lo dice casi todo. No todo pero casi todo. La viñeta retrata a un alumno del programa Erasmus que pregunta a un supuesto decano la fecha de los exámenes de primero de Filología Hispánica. Y el supuesto decano le contesta. "En pasando de porcima lo que es la Semana Santa; sinencambio sin llegando a lo que significa junio, o sá; pa mayo". La exageración, propia de los chistes, hace más que elocuentes sus significados. En este caso, el significado del insignificante (o nefasto) papel que la Universidad desempeña en la formación del alumnado. Y ello, tanto por culpa del profesorado como del alumnado. Es decir, ¿por culpa de todos? ¿Todos culpables de este bochorno universal? Sartre, que no era benevolente en casi nada, decía de los participantes en coyunturas adversas: "Á moitié victimes, á moitié coupables, comme tout le monde". Culpables y víctimas, todos a la vez y tanto en la Universidad como en la enseñanza media o en la primaria. Culpables y víctimas de un sistema de educación, unos programas y unos modos de formación caducos, tan desastrosos como el destartalado diálogo del chiste de Forges y tan grotesco como tratar, por ejemplo, que los chicos de primero de Bachillerato se aficionen a la lectura a través de estudiar El Lazarillo de Tormes, La Celestina o El buscón, llamado don Pablos. El supuesto decano de la caricatura de Forges habla rematadamente mal, pero, ¿quién puede decir que lo hace de modo más enrevesado, según nuestro tiempo, a como lo hacen estos libros recomendados como modelos? El alumno pierde interés por la lectura pero, a la vez, respeto por el maestro que le ordena asumir un argumento y un lenguaje del siglo XVII. Por su parte, el profesor frustrado suspende al alumno por no ser capaz de valorar los textos de una época como el Renacimiento o de otra denominada, nada menos, que la Edad de Oro. El cisma es tan profundo entre el educador y el educando que el absentismo escolar debería considerarse un mixto. Muchos profesores actuales, muchos de los mejores de nuestros intelectuales y escritores mayores de 50 años se obstinan ciegamente en que la cultura de verdad se halla en el pasado y no en este presente "bárbaro". Como consecuencia, en lugar de ponderar los elementos de una nueva cultura y del todo indiferentes a la posibilidad de que la cultura vigente sea cultura, aunque distinta, zanjan el asunto diagnosticando una terrible plaga de incultura. ¿Ignorancia o miedo a lo desconocido? Ciertamente hoy se habla mal y muy mal. Y se habla sobre todo pésimamente a como se hablaba a comienzos del siglo XX. Se habla mal en España respecto a como se habla en Colombia y se habla mal el castellano en la ciudad respecto a como todavía se habla en muchas aldeas de la nueva o la vieja Castilla. Manuel de Lope, reciente autor de Azul sobre azul, sostiene que en los pueblos burgaleses se emplean diariamente, en el habla común, el doble de términos que en Madrid y no desbarra lo más mínimo. Andrés Berlanga escribió una novela, La gaznápira, cuyo verdadero y proteico protagonista era el bellísimo castellano de Labros en Guadalajara donde ahora quedarán apenas un par de familias. La historia, sin embargo, no avanza en dirección a las aldeas ni a los modelos sociales, económicos y comunicativos de América Latina. La historia que se halla en marcha arrasa la oratoria y la lectura, impone el mensaje breve, la música pop y la imagen, desdeña el pensamiento en beneficio de la información y camina hacia la práctica y no a la teoría. Todas las agitaciones a favor de una Universidad apartada de la realidad productiva, todas las protestas contra Bolonia, inciden en el mismo pecado de vanidad. Es decir, "la Universidad como centro del saber por el saber", de la Torre de Marfil por el marfil, de la reverencia a las insignes figuras del pasado. Sabias figuras del pasado. Eficientes para su tiempo pero no para cualquier época. Y menos aún para la eternidad. La extrema devoción que muchos de los profesores e intelectuales de hoy profesan por pensadores de hace dos, tres o cuatro siglos merece todos los respetos. Pero igual que los merece la grey religiosa que cree en la Biblia como el libro donde ya todo se ha dicho. De ese respeto casi bíblico no debe privárseles nunca a los maestros y catedráticos, pero de su tarea de educadores para el presente mañana mismo ya sería tarde.


VICENTE VERDÚ 31/03/2011

domingo, 27 de marzo de 2011

Savoir latin



Tempus fugit.


Y sentirse mayor. Un puñado de jóvenes revolotean ruidosos a su lado. Ellos inútilmente tatuados y perforados; ellas, preciosas hasta que abren la boca. La miran intentando calcular su edad, seguramente pensando que es mucho mayor que ellos; a saber, unos 10 años de insalvable distancia. Puede que el gesto de ella sugiera todavía mayor diferencia. Buscaba algún cómplice entre aquella manada, alguien a quien poder guiñar un ojo y que pudiera entender ese gesto en toda su dimensión (siempre ojo avizor el depredador). Rápidamente localizó los objetivos. El primero resultó ser además su compañero circunstancial. Bastaron dos frases para darse cuenta de que los excesos de su generación estaban pasando factura; no se equivocaban los padres, no. Automáticamente pasó de ser un posible objetivo a batir a un entrañable compañero circunstacial al que cuidar. Otro se acercó a ellos. Su sonrisa parecía franca, su mirada ilusionada. Dedujo que era gay. Y entonces supo que él no la querría cerca. Los gays la repelían. No había un ápice de homofobia en ella, pero debía incomodarles su movimiento, de natural seductor. Ella tomó la iniciativa, presentándose. Le dijo: Hola, me llamo Dora-tendiéndole la mano-Él, con suma educación, respondió al gesto mientras miraba con aquella ilusión al compañero circunstancial.

Una de las beldades se dirigió a ella. Observó que tenían un aspecto similar: ambas lucían un vestido de flores, labios rojos y marcada raya negra dibujando la forma de los ojos. La simpatía de la mimesis. Empezaba a caerle bien la chica hasta que apareció su novio. Le encantó: tan tímido, tan dulce, tan guapo...No dejó de cruzárselos todo el día. También cruzó alguna mirada con él que miedo le dio. Era del tipo perforado pero a lo bestia: sus orejas estaban horadadas por dos aros incrustados en los lóbulos. Tremendo. No podían ser amigas-decidió. Mejor la distancia que es el olvido ( o eso dicen).


Carpe diem.


Y sentirse joven. Se metió entre ellos hasta confundirse. Se dejó llevar por el ritmo de la música que sólo ella oía y comenzó a sonreír. Se dirigió hacia la esquinita con su libro y un cigarro. Se sentó de cara al sol y se sintió feliz leyendo y levantando la vista de su libro de vez en cuando para ver el tiempo pasar.


sábado, 26 de marzo de 2011

C'est crédible



No sabría decir si lo que tuvo fue suerte o siguió con el infortunio. No topó con quien quererse ir a la cama. Prefirió seguir las huellas de su saliba sobre la botella que comerse la saliba de quien no sabe a nada. Volvía ebria, triste y sola. Perdía todos sus equilibrios. Le apetecía llorar mientras a punto estaba de caerse; reía mientras pensaba en que la loba regresaba hambrienta y con el rabo entre las piernas. Le encantaba ser una perdedora porque era lo que quería ser. Un personaje de novela más cercano a Naoko, Karenina, Electra o Briony que a Bridget Jones. Una lectora de novelas que te pegan tal hostia que te quitan las ganas de salir a buscar presas porque te hacen entender que tú estás presa; presa de tus emociones. Musa de sus propios relatos que llenan los vacíos. Heroina de ficciones dramáticas y villana en los cuentos de navidad. Víctima de verdugos inarmes, asesina de ilusiones ajenas.

No volvió ni jodida ni contenta la pobre princesa japonesa.


viernes, 25 de marzo de 2011

C'est incroayable



Hoy voy a echar un polvo. Lo haré con ansiedad; ha sido larga la espera. Lo haré sin devoción, sin contrición, sin prisa pero sin pausa, con nostalgia, con sorpresa, de frente y de lado. Lo susurraré y lo gritaré, lo sufriré y disfrutaré. Lo vestiré con misterio y lo disfrazaré de pasión. Lo adornaré con caricias y no disimularé las lágrimas. Planearé mis miradas y todos mis mordiscos. Afilaré la lengua dentro de su boca. Dibujaré en su espalda arañazos de furia. Me quedaré con cabello arrancado de su pelo.

Quizás deje que me pegue, porque sólo así podría descargar yo mi rabia. Deberá abrirme la veda. Golpearía su abdomen, patearía su espalda. Marcaría su cara.

Después de eso quizás pueda volver a hacer el amor.





jueves, 24 de marzo de 2011

Ligne d'arrivée



Llego cansada hasta para quitarme la ropa. Ajusté mi vestido con un cinturón cuya hebilla se ha trasladado a mi espalda; no me di cuenta ni cuando se me clavaba (evocaciones masoquistas). El maquillaje está descolorido en la cara e incrustado en las grietas de mis labios secos. Demasiados cigarros hechos colillas. El pelo llega en un moño apenas sujeto por una pinza que ni recuerdo a quién se la pude haber birlado. Huelo a perfume, a tabaco, a sudor, a cansancio...Mis manos tiemblan, mi espalda se queja, mi cuello no resiste y mis pies...mis pies...
Llego pensando en el día de mañana sin haber acabado el de hoy.
Llego dudando de hoy.
Llego por fin llego; pero ¿llego o no llego?


martes, 22 de marzo de 2011

Cruel



Volvía a casa emocionada con la sorpresa para él. Podría contarle cómo eran sus ovarios. Se los describió minuciosamente: -son como esas galletas con pintas de cholocate-Él puso cara de oler mierda. - Me encantan tus genitales-le dijo. Recuerda cómo nos reimos cuando nos enteramos de lo de la cirugía de estética vaginogenital. Pero cuando me dijiste lo de la sorpresa y me diste aquella pista ("es algo ultrafemenino"), reconozco que pensé en la depilación. Conociendo tu excentricidad, y reconociendo mi curiosidad... una vez vi unos recortes que guardabas en una de tus carpetas; eran pelucas púbicas. Hoy pensaba que me sorprenderías con algo así...pero...una foto de tus ovarios...y que me digas que son como una galleta con pintas de chocolate...Francamente, cari, me has decepcionado.

-Las pintitas de chocolate son quistes, churri. Como sé que te preocupas tanto por mí, no quise decírtelo a lo médico.

Pero no pongas esa cara...me rasurarán completamente cuando me operen....


Y quizás entonces me ponga la peluca.



domingo, 20 de marzo de 2011

Naïf



La chica del abrigo rojo espera en la parada del autobús mientras una mujer atraviesa la avenida a toda velocidad saltándose el semáforo en rojo.

Una no tan joven escritora se enfrenta a la página en blanco cuando ve caer, implacables, los fríos copos de nieve sobre las ruinas de la devastación. Blanco sobre negro sin el sol naciente.

Vestida de terciopelo verde descorchó la botella que recordaba sus formas de mujer.

Delineando el perfil de sus pestañas de un negro intenso dibujó la curva del vientre materno

Repasando el contorno de sus rojos labios se fijó en el corazón estigmatizado en su labio superior

Maquillando de colores el rostro camuflaba lo monocromático de su yo.

En sus sueños azules llenos de olas, en sus pesadillas negras de moscas muertas, en sus noches en blanco llenas de insonmios...

Lirios, tulipanes, manzanas y limones estallando de color en cascadas de arcoiris. Bombas que nunca caerán sobre Libia.

Oscuridad inmensa.


martes, 15 de marzo de 2011

Ensemble



La había visto envejecer de repente. Toda una vida a su lado no fue tiempo para ir viéndolo. De un día para otro su fisonomía cambió, su mirada trasmigró, su rictus se hundió...se hizo pequeña al hacerse mayor.

Unas manos de huesos doblados, la nariz afilada, la profundidad en las cuencas de los ojos, los finos labios hacia dentro, su piel llena de pliegues...suave. Pequeñas heridas que fueron poblando su tez, postillas sangrantes cada vez que se pasa el peine. Lóbulos estirados, esternón, costillas, clavícula. Vientre maltrecho, cruzado. Muslos meñiques, pies de elefante. Bolsas de líquido acumulado, venas rotas, lágrimas secas. Peso pluma, dolor de plomo.

Ternura infinita, amor eterno, belleza en el gesto, en la mirada. Extraña los ojos con los que hablaba. Extraña la mano que lo tocaba. Extraña el cuerpo, extraña el alma.

El hombre sonreía muy triste mientras llevaba la cuchara a la boca de la mujer que no miraba a ninguna parte. Horas antes la había cubierto con su cuerpo cuando la tierra empezó a moverse. La Tierra se la quería llevar para dentro, pero él se aferraba a ella. No la iba a dejar irse y mucho menos que nada se la arrebatara.

Hay fuerzas aun mayores que las de la naturaleza.

lunes, 14 de marzo de 2011

Sentences



-Aunque el carnaval se termine nosotras no nos quitamos esta máscara.
-Pero, por qué? Prefiero librarme de ella
-Porque cierra los poros y rejuvenece la piel
-Pensaba que la llevábamos para divertirnos y engañar a los demás
-Pues no. La llevamos como sacrificio y autoengaño.
-Pues yo me la voy a quitar; me da calor.
-Déjala entonces, es que está surtiendo efecto. Frío y calor. Astringente e hidratante.
-Pero el carnaval ha terminado...
-Pero nuestro careto no...
-Qué dura eres
-Y qué dura estoy; ves?
-¿Todas nuestras conversaciones han de ser así?
-No. Mucha gente no habla con su conciencia. Preferiría no tener ninguna conversación contigo.
-Pero es que me estás machacando...
-Por todas las veces que me lo has hecho tú a mí.

sábado, 12 de marzo de 2011

Et Dieu...créa la femme


Las mujeres guapas se convierten en las musas de hoy en día, pero ¿quiénes son las musas de las mujeres guapas? Sólo las muy egocéntricas en un acto reflexivo se inspiran a sí mismas: su reflejo en un cristal, el olor fragante de su melena al moverse, el efecto provocado en los demás...
No es la inspiración empresa sencilla para el común de los mortales.
Ella estaba tocada de fina sensibilidad estética, y se conmovía ante todo aquello que le parecía esencialmente bello: personas, sentimientos, cosas, palabras...La mezcla de belleza y tristeza le parecía la conjunción perfecta: una mujer bonita y lánguida mirando la línea del horizonte, la lágrima que recorre el rostro arrugado de su abuela, una sonrisa desdentada, la caída de la hoja o la tormenta perfecta. Música que llega al corazón, caricias de despedida.
Ella necesitaba vivir inspirada. Una vida sin musas es angustiosa porque te pasarás media en busca de ellas. Les pondrás nombres distintos a los clásicos; las llamarás amor, dinero, sexo, atractivo, estatus, poder, hedonismo...Se convertirán en tu obsesión y nublarán de tu horizonte placeres no tan menores. Perseguimos musas como si fueran mariposas. Intentamos cazarlas, pescarlas o atraparlas sin entender su verdadera naturaleza intangible. Recurrimos a pócimas en finas copas de cristal.
Ansiamos encontrarlas y también convertirnos en una de ellas. Pensamos que luciendo las galas que a ellas adornan, seremos una más, y no entendemos que la magia de las musas reside en su esencia inalterable.
Yo conocí a más de una. Todavía a veces viene alguna a visitarme, y entiendo que es una visita y no una mudanza. Ellas viven en el olimpo y yo no sé si cuando vienen aquí bajan o suben, pero sé que no se quedan y creo que será por algo. También lo agradezco, porque Tristeza es muy intensa; Amor a veces se convierte en Desamor, y eso me desconcierta. Alegría no puede contra todos. Belleza tiende a deprimirse cuando abre los ojos. Pasión a veces se descontrola y sólo trae problemas...
Las mujeres guapas sustituyen a las musas igual que el pensamiento práctico al romántico.


jueves, 10 de marzo de 2011

Danseuse



Sus brazos, piernas, cuello, dedos...extremidades alargadas que crecían al ritmo de la música, al compás de su emoción. Bailarina sobre puntas que giraba sobre sí misma, mujer suspendida sobre cuerda siempre al borde del abismo. Parecía salida de un cuadro impresionista; su perfil dibujado con precisión, esculpido con finos trazos como su cuerpo. Su piel reflejaba un sudor perlado que resbalaba por su nuca haciéndola brillar. El moño tenso, la trenza deshecha.
Trenzaba su larga cabellera entre los dedos ágiles, diestros. La anudaba con maestría, y la elevaba enroscándola y apoyándola sobre la nuca. Ritual.
Pintaba sus labios rojos, subía sus medias negras, vestía su malla gris, calzaba sus zapatillas ya mimetizadas con el color pálido de su piel. Celebraba.
Los primero acordes. Ojos abriéndose para escuchar, brazos desplegándose para volar, manos dibujando caricias, piel tirante y tensa, pecho palpitante, fuerza animal...

miércoles, 9 de marzo de 2011

Ars vivendi



Prometo no volver a hablar de mí.

No quiero aburrirte con mis naderías. Tengo un don; seguro que tú piensas que no es tal, que es un defecto que en vez de adornarme me recarga. Soy capaz de novelar todo lo que me acontece. Si te importara conocerme te contaría que lo cuento así porque lo vivo así. Las cosas que a mí me pasan son cosas normales, pero las vivo como extraordinarias, y te las cuento, porque me gusta llenar con mi voz silencios o huecos que ponen los demás. No me molesta el silencio pero aborrezco los huecos, los vacíos. Noto que a veces no te importa lo que cuento, pero jódete por la de veces que te he hecho reír. Soy bufona, soy payasa pero también soy persona que te muestra algo que los demás no hacen. ¿Que si eso es un mérito? pues quizás no, pero en ti está el quedarte conmigo o irte con los otros. Vete si quieres, tampoco creo que te ponga difícil volver. Me debo a mi público; pero advierto: soy rencorosa si me dañas. ¿Has entendido peligrosa? he dicho rencorosa y sólo si me dañas. Pero además eso sólo me perjudica a mí; así que tranquilo. Busca paz y armonía y estabilidad. Mientras la buscas yo seguiré novelando.


Prometí no volver a hablarle de mí...y creé un blog.

martes, 8 de marzo de 2011

Une fille très jolie

Y si quieren que sea una munequita...
seré una muñequita diabólica.

A veces querían que sólo sonriera, otras que sólo fuese un agujero, otras que me hiciese la tonta pero que fuese lista para resolver los problemas, otras que ejerciera de la niña que parezco, otras que jugara a la ratita presumida que barre su casita. Se han olvidado de que soy Mujer, no mujer; siempre me han tratado como mercancia peligrosa o frágil. Subestiman inteligencias y subliman físicos ocurrentes. Menosprecian emociones y valoran pragmatismos. Se asustan, temen y luchan contra mí. Me ganan o eso les dejo creer. Soy una resentida; una muñeca diabólica que arde en su propio infierno.

lunes, 7 de marzo de 2011

La lit

Cuando dormía en una cama de 1,35 me abrazaba a mí misma intentando emular el abrazo de un hombre. La cama me quedaba grande; estaba fría. Pasé a una de 90 y su pequeña intimidad también me sobrecogía; me abrazaba entonces a la almohada. No sé cuánto hará de eso, porque ahora me da igual la cama, nunca añoro abrazos. A veces intento pensar en algún hombre que me acompañe, y no sé si será por la cama, pero me da pereza. No sé si será preocupante que el lugar donde más fantaseaba se haya convertido en un eral; una sabana.
Quizás si me compro una de 1,50 me vuelva a sentir sola. Ahora lo estoy, pero no me siento. Y quizás deba sentirme para empezar a moverme. Encontrar a un hombre que me quiera y que no quiera perturbar mis sueños. Que me diga:
-Buenas noches, Dora. Me voy a mi cama. Duerme bien, mi amor.
Y madrugar yo porque he dormido muy bien, y saltar sobre su cama para despertarle. Y leerle un ratito por la mañana, con mi voz todavía ronca. Y ver cómo se emociona con los ojos mediocerrados...y entonces me abraza. Me abraza por la mañana y me duermo con un libro clavado entre mi pecho y el suyo.



sábado, 5 de marzo de 2011

Caín-Abel et elle.


Las dos hermanas no se querían. Disimulaban ante el mundo; se besaban protocolariamente en público, se daban la paz en las iglesias y se felicitaban cumpleaños incluso santos. No se querían. Procedían de un mismo vientre y de una misma casa, pero pesaban más otros sentimientos entre ellas.
La hija única las veía desde lejos y no evitaba cierto regocijo ante su frialdad. La hija única las besaba protocolariamente, festejaba sus cumpleaños, pero ni santos ni paz ni iglesia cabían en ella. Las envidiaba cuando las veía marchar juntas, sin hablarse...
Pensaba la hija única que era mala y que ser única era bueno para esa hermana no tenida, pues si envidiaba a aquellas hermanas, qué no haría con la suya propia.
Sabía de su egoísmo, de su lucha por ser la mejor, de lo poco que le gustaban los eclipses pese a lo poético, de su incapacidad para compartir. Sabía que le gustaba gustar y que era ladrona. Robar a una hermana es sucio, pero seguro que para ella sería divertido.
La hija única podría parecer un monstruo, pero no más que las dos hermanas.
La hija única se hace daño a sí misma, sangra hacia dentro, metaboliza bilis.
Las dos hermanas no dejan de ser dos hijas únicas peleadas por tener que ser hermanas.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Des livres


Años de biblioteca; miradas furtivas descansando del estudio, de la lectura. Pasiones imaginadas y recreadas en los pasillos. Descubrimiento de nuevas estanterías pobladas de tesoros. Nacimiento de vocaciones. Amistades ligadas al humo del cigarrillo.
Le encantaba imaginar las vidas de sus compañeros de mesa y observarles y espiarles. Los opositores, siempre tan organizados, con sus novias yéndoles a buscar a una hora siempre en punto y aparentando tener una vida normal y ordenada. Los estudiantes de carreras ciéntificas, sin levantar el culo de sus asientos para consultar nunca nada, sin levantar nunca el culo de sus asientos para fumarse un cigarro, sin levantar nunca la mirada de sus apuntes para mirar a una chica guapa que pasa. Los futuros abogados, repeinados como para ir a juicio. Algún inquieto humanista que pasaba por allí. Las jóvenes economistas taconeando. Algún curioso que entra, consulta, no encuentra un sitio cómodo y se va. Ingenieros precoces con aires de suficiencia...
Si esa es la fauna, la flora era ella.