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domingo, 2 de octubre de 2011

Primera persona, singular


Si supiera jugar con mi emociones. Utilizarlas para crear o para vivir; pero son ellas las causantes de mi parálisis. Los locos siempre culpamos a cualquiera de nuestros males o de nuestras paranoias. Nunca está en nosotros el origen o la culpa o la responsabilidad. Hace tiempo que juego a hacer canciones con mis obsesiones, y hasta eso lo he convertido ya en una obsesión.Me encuentro mal, me siento encerrada, no grito. Sólo rumio. Las mañanas son críticas para un loco, pero no lo son menos los cambios de estación. Aquí el tiempo se ha empeñado en cambiar del todo, ya que ha llegado el verano justo cuando yo he ido a comprarme una boina parisina; es negra y tiene dos plumas. Viajo hasta los años cincuenta con ella puesta y pienso qué tipo de mujer sería entonces. Pienso también qué tipo de hombres habría entonces. Me he comprado también un pañuelo lleno de flecos. Lo he llamado la crin de caballo. He sido muy feliz en el hipódromo y sin haber montado nunca en un caballo. Esta frase me lleva al terreno sexual. He recuperado una activad cuasi olvidada, pero con el cambio de estación también toca cambiar la marcha. Y yo que me alegro. Muy pocas cosas dignas de ser contadas ni novelándolas. La única novedad es que me he descarado cuando no lo han hecho bien y lo he dicho con la sutileza que me caracteriza. Por lo demás, todo como siempre. Huyen de mí. Sigo sin saber cuál es la imagen que proyecto, porque juro que mi locura sólo te la muestro a ti. Y por eso hoy te escribo, y lo hago antes de ponerme a fregar. Cualquier día normal, no fregaría, leería. Pero el cambio de estación me está trastornando. El domingo pasado he lavado el coche. Cualquier día me da por cocinar...
Siempre que me abro me ocurre lo mismo: primero siento bienestar por poder mostrarme cómo soy, pero luego me siento fatal por eso mismo. Estoy pensando ir al psicólogo. Confío en que si pago pueda obtener un poco de calidad de vida. Lo que no quiero es psicoanálisis; ya me he dicho mi madre que mi forma de ser no gusta. Punto. Axioma que explica todo mi presente. También me ha dicho que me adora. Punto. Exceso de protección y dependencia, cordón umbilical no cortado. Mi padre que dice que no entiende lo que escribo. Punto. Falta de entendimiento, comunicación y aprobación paterna. Qué coño de psicoanálisis. Si ése es el problema de los locos, que nos psicoanalizamos sin parar.
Yo lo que quiero es respirar, dormir y dejar de obsesionarme con todo. Quiero poder relajarme y ser yo. Y me encantaría poder gustar siendo yo y sin que eso provoque víctimas.
Sigo extrañando mucho a mi abuela, aunque no lo escriba ya. Quizá hoy vea nuestras fotos. El otro día abracé a una de sus amigas y fue como abrazarla a ella, tan flaquina. Cómo la echo de menos. Para ella yo era buena, por eso me protegía tanto.
Gracias por el desahogo.

5 comentarios:

Bird dijo...

"en mi locura he hallado libertad, la libertad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan parte de mi..." el loco.

Te sigo.

Anónimo dijo...

ganas mucho en cercanía e intensidad empleando la primera persona. Besos

sara dijo...

Hola

Bellarte, gracias y encantada de conocerte.
Jojoaquín, soy intensa, sí. Un besín y gracias por pasarte

David Cotos dijo...

para ella, yo también fui bueno.

FOLIE dijo...

Me pongo al día, y por supuesto debo comentarte aquí, aunque tarde porque ya ha llegado la coherencia del calendario.
Hace tiempo que dejé de disimular mi locura, y cuando se me olvida ser yo y me coloco la máscara de normalita, empiezo a asfixiarme.
Estoy segura de que habrá quien quede hechizado por tus maneras.

Muchos besos