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miércoles, 21 de abril de 2010

París












El tren llegó a París con una madrugada helada dándoles la bienvenida. El beso seguía palpitando en su piel. Siempre fue una romántica y disfrutaba con los viajes en tren pero éste había sido su propia odisea. Se vio inmersa en un bucle de recuerdos retroalimentados por su propia fantasía.Se imaginaba a sí misma tocada con mantilla, con encaje negro adornando toda su piel, sentada en la plaza y disfrutando de su éxito; el de ser mirada y admirada. Tantos años creyendo conocerse y creyendo que iba creciendo...y se descubre encontrando placer en el acto más vulgar del mundo: ser admirada por el vulgo. Su belleza parecía aumentar al compás al que crecía su ego. Vanidad.



París, prepárate, que llega Dora la besada.



2 comentarios:

Sara dijo...

Invitación abierta a darle vida a Dora. Juega con ella; le gusta. Vamos a hacela viajar, sentir, vivir

Anónimo dijo...

Dora nos invita y creo que cruzare la puerta de entrada a su vida, al juego de la vida.
Paris es el futuro y el pasado pasado esta. Aunque intentemos revivirlo sera algo diferente, no sabemos si mejor o peor, pero esta claro que sera otra cosa, porque ese intento de volver al pasado no es mas que otra manera de vivir el futuro. Clara