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domingo, 8 de mayo de 2011

Des amies






Las dos amigas paseaban cogidas del brazo. No eran ni sus andares ni sus melenas alborotadas por el viento lo que llamaba la atención de ellas. Sorprendía a todos los que se las cruzaban el brillo que desprendían sus miradas. Sincronizaban sus pasos al compás de los latidos del corazón. Caminaban emocionadas, rápidas. Varios se volvieron a mirarlas; tal era su juventud e ímpetu. Las dos amigas no se sabían observadas pero sí se creían centro de todo universo. Una de ellas vio el cordón desatado del zapato de la otra. Se paró, se agachó y le hizo una lazada de doble nudo. Alzó la vista para recibir la sonrisa agradecida. La devolvió sincera. Siguieron cogidas del brazo, uniendo sus manos. Transitados unos metros, una de ellas comenzó a reirse. Era su risa escandalosa, pegadiza. La otra no pudo mantener el paso. Se paró para reirse con gusto, arqueando su espalda y cerrando unos ojos de los que ya salía agua. Al verla llorar, su amiga paró. Llevó la mano hacia su mejilla y barrió con ella las lágrimas que luego tragó. Volvieron sus ojos a refulgir.



Continuaron su largo camino recíproco de sonrisas, lágrimas y brillo en la mirada.


9 comentarios:

Clara dijo...

Parece que ha llegado la primavera. Me encanta.

joplin dijo...

Es precioso!!! Que buen sabor de boca me deja para empezar el día.
Beso.

Unknown dijo...

La mirada feliz es impagable. Se mataría por esos momentos.

Sara dijo...

Hola
Me alegra mucho que os guste; gracias.

Marie dijo...

Juraría que puse un comentario.

Sara dijo...

Y qué decías?

Marie dijo...

Que me encantaba. Bloger últimamente se come mis letras.

La Dame des Coquelicots dijo...

Es genial poder compenetrarse así, sentirse la una a la otra. Precioso.
Por cierto, me ha hecho gracia que, al igual que en mi blog, muchas de tus entradas tienen el título en francés.

sara dijo...

Gracias,
Sí, una sensación hermosa sin duda.
Me ha gustado tu blog mucho.