domingo, 29 de julio de 2012
Mares insondables
Ricardo Imbern
Una travesía en barco por los mares del sur supuso la evocación perfecta para un sueño desnudo.
Aquella noche se acostó con la esperanza vana de que las pesadillas marinas de grandes olas no acudieran a bañarla. A la mañana siguiente amaneció empapada. Se levantó de la cama dejando tras de sí una estela líquida de ilusiones desvaídas.
Es lo que ocurre con el sexo que rezuma humedad en noches solitarias de verano.
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6 comentarios:
oh, cuánta verdad.
pero voy a decirte una cosa
mete miedo el pato pirata del fondo
tiene cara de degenerado
saludos me gusta mucho
como escribis
Muchas gracias por visitarme...
Precioso... Prefiero no decir más...
JL
Y a mí que me interesa saber qué más dirías...
Muchísimas gracias...un placer
Vale, dos más: Excitante. Delicioso.
JL
Tú.
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