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sábado, 25 de agosto de 2012

Deriva continental


La idea de algo creciendo dentro hace que sienta la vida palpitante...ella que siempre habló de la vida como si de un tercero se tratara. Da igual ese algo: una idea que bulle en la cabeza, un tumor que crece en el estómago, una bacteria que se instala en tu interior o una vida que comienza dentro de ti.
Ser consciente de su capacidad para albergar la humanizó y la puso en contacto con la parte más prosaica de la vida. Ella que hasta ese momento pensaba que sólo acogía entrañas llenas de nervios y sentimientos y que eso era lo peor que le podía pasar. Estar llena de algo que tiene su propio movimiento y que sientes cada vez que se mueve hace que se sienta recipiente; continente a la deriva.

3 comentarios:

Fernando Tristan Belenguer dijo...

Hola Sara, me ha encantado este sitio, tanto las fotografías como los escritos. Tienes algo especial.

Te invito a que veas mi blog y a que estes atenta, estos próximos dias subire algo que creo te gustará.

un abrazo,

Tristan

Garriga dijo...

Bueno. Profundo. Lo que alberga en su interior es tan profundo que es todo el universo casi. A veces pienso si no será que hay una puerta ahi, una puerta lunar al infinito, que se abre probablemente cada 28 días, conectada al más allá, al cosmos en el que las cosas flotan en silencio, a la deriva de la nada. Pobre madre esta, tan angustiada, envuelta en su capullo de angustia sin poderse tocar con los demás.

Anónimo dijo...

más felicidades?
Clara