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domingo, 20 de junio de 2010

Accident




Compartió su vida y su convivencia con un hombre. Lo hizo en su territorio, en el de él: su casa, su ciudad, sus bares, sus costumbres, sus amigos, su idioma, su familia, sus libros, su música, su clima, su cama...Todo lo hizo suyo y en poco tiempo; menos una cosa:

Tuvo que ir por urgencias varias veces debido a los accidentes domésticos. Aquella meseta que siempre estaba ahí cuando se incorporaba de sacar patatas de la bolsa, aquella pata de sofá que reventó su uña pequeña del pie, aquellos botes de gel que caían sobre su empeine cual misiles en cada ducha, aquellas manillas de las puertas que se incrustaban en su cadera o codo alternativamente, por no mencionar el menaje, que se empeñaba en recibirla como el perro que allí no tenía, cada vez que abría la puerta,no de casa, sino de armarios varios.

¿Sería un indicio, pista o evidencia de que aquel no era su sitio?

Y si no es recomendable hacer lecturas más allá de lo obvio, ¿tan patosa era?

Fueron buenos tiempos para la lírica, para la narrativa, pero sobretodo para el teatro.


1 comentario:

Prometeu dijo...

Delicado, para lo bueno y para lo malo