
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Impulsion

domingo, 26 de septiembre de 2010
Quelle coïncidence

Dando una vuelta en autobús se encontró frente a aquel edificio en el que había gozado haciendo el amor cuando a los 17 años ya pensaba que los placeres carnales no habían sido creados para ella.
Ya en aquellos tiempos se imaginaba que sólo podría llegar a enamorarse de aquél que la hiciera disfrutar de amor.
Encontró sin quererlo un denominador común entre aquel chico de sus 17 que tanto la hizo llorar y aquél último de sus 30 que ídem de lo mismo. Con ellos se había reconciliado con el sexo.
Desde la ventana del autobús miraba aquella ventana de una casa que distaba apenas 15 minutos de la suya y recordó aquélla otra en la que también había amado a 1000 kilómetros.
No volvería a ver a aquél del que le separaba tierra por el medio igual que no había vuelto a ver a aquél que había sido su vecino.
Si Dora fuese una persona positiva y optimista vería en la no visión una ventaja para ayudar al olvido. Pero Dora no sólo no es así sino que además es romántica y sentimental, y siente dolor al pensar en no volver a cruzarse nunca con la cara y la mirada de aquél que un día la hizo sentir mujer entre sus brazos mientras ella sollozaba tras haber explotado de placer.
Las casualidades no existen para ella, y no se volverá a encontrar con ellos porque aunque son distancias diferentes vuelven a tener un denominador común que los iguala: ambos se distanciaron de ella para siempre alejándose hasta desaparecer.
Y si en un arranque de infantilismo mira la lista de chicos, de hombres...que pasaron por su lado, se dará cuenta de que sólo lamenta no volver a ver a aquéllos con los que disfrutó del sexo, es decir, aquéllos a quien amó. Verá entonces cómo esa lista empequeñece hasta lo mínimo y no sabrá si alegrarse o apenarse por no saber lo que es amar.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Révolution et guillotine

Detrás de "paz y amor" hay un infierno.
Tras "haz el amor y no la guerra" hay aburrimiento.
LLegado el momento, escuchado lo que hay que oír, visto todo lo que se ha tenido que ver y aguantado más de lo estrictamente necesario, toca dar con el puño sobre la mesa y dejar de cagarse para empezar quizás a cagarla, pero a hacer algo.
En el jardín de Dora no crecen " flowers power", se asemeja más a un jardín japonés lleno de piedras que tiraría sobre quien ose querernos hacer pasar por gilipollas.
Se tapa la nariz para no respirar "Love is in the air" porque hasta las mismas narices está de olerse la que nos quieren armar.
Sabe que "All you need is love" se lo puede cantar la tuna a quien le sobre, porque a los que les falta se conforman con salud y trabajo (por dinero, no por amor al arte).
Quizás se disfrace de hippie en el entierro por los derechos y el respeto del ser humano.
domingo, 19 de septiembre de 2010
Chien policier

jueves, 16 de septiembre de 2010
Abstinence
¿Qué tendrán los colegios de monjas de donde salen las niñas más putas pero más finas?
Cuando Dora era pequeña quería ser monja. Pensaba que era la única manera posible de ayudar a aquéllos que no tenían nada. Además era buena. Y además su abuela, cuando le dolía la barriga, le hacía la señal de la cruz sobre la tripa hasta que se le pasaba; también le hacía una manzanilla. En Semana Santa lloraba viendo a un hombre al que clavaban en una cruz después de someterle a vejaciones e injusticias. Además era un hombre muy guapo; flaco y con el pelo largo, como le siguen gustando. Hizo la comunión, y para ella significó una de sus primeras incursiones en el mundo artístico, ya que la ceremonia fue un auténtico musical. Cantaba todas las canciones con la boca bien abierta, a pleno pulmón, disfrutando. No le daba más sentido a todo aquello. Le gustaba Jesús por flaco, por melenudo, pero sobre todo por atormentado.
Su inocencia fue cediendo, y con ello las creencias desapareciendo.
La Literatura, los indígenas y la realidad hicieron que ya no quisiera ni ser monja, ni creer en dios. También la ciencia, que le explicó que si funcionaba lo de la señal de la cruz en la barriga es porque le ayudaba a expulsar gases.
Tampoco sabe exactamente cuándo dejó de ser buena, pese a que prometió en la puerta de una iglesia que lo iba a ser. Menos mal que lo hizo a la puerta y con los dedos cruzados.
En lo que más se parece a una monja es en su vida sexual, y eso pese a haber estudiado en un colegio de monjas.
viernes, 10 de septiembre de 2010
Histoire ¿naturelle?
miércoles, 8 de septiembre de 2010
Cinéma d'auteur

domingo, 5 de septiembre de 2010
Folie

sábado, 4 de septiembre de 2010
Mirage

Activa o pasiva.
Observar o ser observada.
Paciente o impaciente.
Conmover o ser conmovido.
Femenino y masculino.
Piano o arpa.
Tacto u oído.
Mares u océanos.
Bien o mal.
Ser o estar.
Ni le gustaban las disyuntivas ni las parejas. Aunque prefería los números pares sin gustarle nada los números.
Se entretenía con estos pensamientos y los escribía en servilletas de papel cuyo destino final era el fondo de su bolso o entre las páginas de algún libro.
Se aburría cuando no había nadie a quien mirar, cuando no había nadie a quien admirar.
Se descubrió a sí misma mirando su reflejo en el cristal de la cafetería. Se guiñó el ojo y se le escapó la risa. Debían de ser las reminiscencias de los solitarios juegos infantiles frente a un espejo.
Esa tarde se sintió un espejismo de sí misma.