Seguidores

lunes, 20 de junio de 2011

Littérature


Extrañar o echar de menos. No sé qué es más, pero ella hace las dos cosas. Extraña y echa de menos.
Siente que pierde el tiempo añorando, pero al mismo tiempo su naturaleza nostálgica la hace vivir así.
Mira fotos antiguas, quizás sacadas hace un minuto, y ya las siente pasadas. Lee textos apenas casi escritos, saluda personas conocidas hace nada y a las que consideró amigas.
 Se mira en el espejo y se ve mayor.
No es que viva rápido, sino todo lo contrario: vive lento; aguanta cada minuto, se aferra a cada momento y recuerda a la que ya no es.
Recuerda a aquella niña que se ilusiona con todo, con todos; aquella chica que aplaude cada truco de magia muy fuerte y con la boca abierta y los ojos casi cerrados, aquella mujer que no se llegó a creer que se podía comer el mundo, y a la que hoy casi se la ha engullido todo, todos...
Extrañar o echar de menos. Ser o no ser.
Un día es Kafka y al siguiente es Shakespeare...y al otro es Nietzche o Unamuno que nunca pasa de moda...También puede ser Wilde o cualquier ruso del diecinueve, un japonés, una japonesa, poesía francesa o prosa excitante que conmueva...Valente, Aleixandre, Cernuda...Lationamérica recordando la barbarie que habita en ella y que le recuerda que tras un volcán chileno se encuentra un paraíso...Malditos, eruditos, hijos de puta con éxito, mujeres que encontraron el éxito cuando gritaron...cuando gritaron que gozaban, que sentían, que padecían, que existían y que podían estar de moda. Porque la moda llega cuando a ella ya se le pasó. Porque al final va a resultar que es un clásico y que por eso Unamuno duerme más cerca de ella que ningún otro. Porque añora, porque echa de menos, y porque piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor.
Porque ella no nació indignada, pero a la de tener uso de razón lo fue...
Y ahora prefiere ser nostálgica que indignada.

4 comentarios:

José Luis Moreno-Ruiz dijo...

Tendría que ser asignatura obligatoria en los colegios: indignarse con lo del uso de la razón: nos ahorraríamos, así, el largo aprendizaje del necesario cinismo (no confundir con hipocresía): y quizá gritáramos menos rimas tontunas al salir a la calle para manifestarnos.
En fin, linda Sara, que te veo cada día más en forma.
JL

Javier dijo...

A veces la nostalgia es mejor que la indignación. Y sobre todo es necesaria.


Un saludo

Sara dijo...

Querido José Luis, pues no será porque me esté aplicando con lo de la operación bikini; creo que la dejo para septiembre. Practicaré también el cinismo, tan necesario, durante el verano...y usted que lo lea...

Querido Javier, Algo tenemos los nostálgicos que nos une...

Un beso.

Esgarracolchas dijo...

El éxito es el grito, el éxtasis, gozar y padecer. Ése es el éxito. Lo demás no importa, lo reconozcan o no, tú ya habrás triunfado.