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viernes, 24 de junio de 2011

Tórrida


La ola de calor llegó sin previo aviso del parte meteorológico. Invadió la ciudad, pesó sobre los campos y a ella la envolvió en niebla.

Se pasó todo un invierno ansiando calor, y ahora que llegaba la ahogaba. Ocurre como con todo aquello que deseas sin pensarlo: en cuanto llega, ya te estás arrepintiendo del deseo, que se convierte en algo que quitarte de encima.

“Cuidado con lo que deseas...no vaya a ser que se cumpla”

La ola de calor la bañó de niebla y la arrojó a la orilla de sus sentimientos; que no podían alterarse con el frío, pero que empezaron a bullir con veintidós grados. Veintidós grados fueron fiebre. Los síntomas no se hicieron notar rápidamente. Comenzaron a llorar sus ojos; lágrimas rebeldes que no lograban ni siquiera refrescar el rostro. Luego fue la respiración; con la nariz taponada dejó de respirar para suspirar. Empalidecieron sus labios después a fuerza de apretarlos para no chillar. Su cuerpo se contracturó haciendo barrera y bloque contra los envites. El temblor se convirtió en movimiento natural...

Y fue la ola de calor que trajo consigo la niebla.

Amaneció el día soleado y todo presagiaba ausencia de tormenta, pero no tardó mucho en desatarse un tornado interior, al darse cuenta de que una vez más habían jugado con sus sentimientos. La habían engañado conscientemente y la habían hecho engañar. Lejos de descubrir lo que es el orgullo se hundió en el solsticio. La manipularon tocándole sus cimientos y haciéndola caer.

Y ahora espera que baje la marea, que se recojan las olas y que se lave la arena. Espera que todo siga su curso, que pase la ola de calor y que llegue el verano. Que lo natural se imponga en este tiempo loco y a esas personas que son puro artificio. Que los juegos sean entre personas y no con ellas. Que se despeje la niebla y luzca el sol.

Y espera que eso suceda pero sin desearlo, porque cuando el verano llegue, seguro que clamará por el otoño y la caída de la hoja. Si alguna certeza tiene durante esta ola de calor es de la existencia de las cuatro estaciones y de cómo en sus cambios se alteran los ánimos.

Todo pasa...todo llega.






4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo sucede por algo, todo tiene que ocurrir por algún motivo, si no esto no tendría ningún sentido, sería un maravilloso cuento chino, como tu relato, Chère Dora, buen día.

Marie dijo...

Quitando una leve confusión inicial (había leído "torrijas") es un buen texto, yo echo mucho de menos el frío.

Javier dijo...

Ya sabes " Los dioses castigan a los humanos concediéndoles sus deseos" . Pero el calor siempre es bueno despierta los cuerpos aletargados por el invierno.

Un saludo.

augustalolita dijo...

cute photo!! i love anime <3