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sábado, 30 de abril de 2011

La fête des méres





No tenía el padre más motivos para enfadarse con la hija, que la hija con el padre. Una vez crecida ella se miraban con ojos de hombre y mujer; había crítica en la mirada. No le gustaba a ella que no hubiese dejado de ser niño, que se permitiera y se le hubiera permitido no crecer. No le gustaba a él que ella pensara en todas las mujeres y sintiera sus agravios. No le gustaba a él que no le gustasen los hombres, porque tampoco le gustaría él.




Disgusto tras disgusto se soportaban padre e hija, mucho más iguales de lo que ninguno de los dos desearía.




Y es que todo se hereda menos la hermosura, le decía la madre bella, y tú eres igual que tu padre...





Ya.

















7 comentarios:

FOLIE dijo...

Estoy, me relleno de tus palabras atrasadas.

Diagnóstico: el verdadero desamor es entre los padres, ella (la hija) sólo representa el papel que su madre es incapaz de hacer. Siempre los hijos hacen ese tipo de sacrificios por los padres, aunque les vaya la vida en ello.

Espero que la técnica me permita seguir estando. Besos

Sara dijo...

Te he extrañado.
Espero que estés bien.
Un beso

Marie dijo...

Yo también estoy, aunque a veces haga parones en este curioso mundo que te inventas.

ohsinopeus dijo...

aún a riesgo de repetirme, disfruto mucho con cada historia.
una tontería: me ha gustado lo de "ya".
es como el "vale" de las cartas de otrora, pero con el punto de ingenuidad que quizás pretendas darle, o no, a tus escritos... pero que me conmueven.
un saludo, sincero

Sara dijo...

Hola!
Mariette, siempre agradezco tus visitas. Ven cuando quieras, aquí tienes tu propio espacio.

Kynikos, muchas gracias. Qué bueno eso de disfrutar y de hacer disfrutar. Gozo con ello.
Repítete cuanto quieras, que me encanta.

Unknown dijo...

El tiempo conciliará dos posturas que, sin embargo, posiblemente no se acerquen nunca.

Buena historia, sí señora.

Saludos, y encantado de pasar por aquí.

Clara dijo...

Yo tambien quiero seguir siendo niña toda la vida.
Nunca habia pensado en el razonamiento de Folie, muy interesante.
Te leo.