La sedujo con solo mirarla. No tardaron en ir a su hotel; estaba de paso. Una vez allí, le mandó sentarse y sin despojarse del tono imperativo, la invitó a cerrar los ojos. Un instante después los cubría con un retal de tacto suave que apretaba sus sienes con dureza. Sintió cómo se posaban sobre ella sus manos frías y la desnudaban. Sintió cómo penetraban en ella fríos objetos de metal, cómo ardía la lengua que le conectaba con sus adentros, cómo se llenaba y se empachaba de sus largos e interminables silencios. El placer se extremaba gimiendo gritos.
Cuando el silencio retornó y sus ojos volvieron a la realidad, se encontró con su propia imagen en la pantalla del televisor que reproducía sin fidelidad lo ocurrido, lo sentido. Él permanecía sentado en el extremo del sofá observando. Miraba la imagen, pero se miraba a sí mismo.
Con el retal todavía enredado en sus dedos, y con los dedos todavía temblando en sus manos, se levantó de un salto y se situó tras él, que ensimismado de sí mismo, no opuso resistencia al retal que se ajustaba a su cuello ahogando su solitaria perversión.
Lo mató.
Lo mató su despiadado egoismo.
9 comentarios:
Eros y Tánatos siempre con las manitas entrelazadas.
Es una combinación como prohibida, pecaminosa. Y no me queda claro si la indecencia es invocar a la muerte mientras tenemos el sexo sobre la mesa, o no poder evitar sentir excitación en medio de un duelo.
Me encantan las fotografías que generan tus palabras.
Muchos besos.
La indecencia es el egoísmo; es grabarla para verse él. La indecencia es romper la confianza, traicionar la intimidad...
La mayor de las indecencias podría ser un futuro chantaje. ¿No está mejor muerto?
Me alegra verte por aquí de nuevo, che.
Besos
Es una metáfora de la vida. La pasión, la entrega, el miedo a ir demasiado lejos, la desconfianza en la persona ajena, la traición, la huida,..¿Cómo borrar de nuestro pasado ese paso que fue más allá del lugar deseado?. Yo también lo veo y lo siento a diario, aunque las fuentes no provegan del deseo carnal.
Besos
Nanga-Parbat
Chère Dora, aunque sea un relato aparentemente caliente, es curioso como me desagrada por faltarle calidez. En el sexo puede faltar amor pero nunca ternura.
No es un relato caliente. Es horrible, sórdido...
No debería decir cómo debe leerse, ni mucho menos cómo interpretarse porque esa es la magia, que cada uno recree en la lectura. Pero no es caliente.
No me fui nunca, seguía leyendo aunque sin tiempo para dejarte unas palabras lindas...
No me gusta la pena de muerte, me parece injusta (incluso porque a veces es demasiado inocua, indolora)
Y sí me encanta la idea de que la intimidad esté circunscrita en un tiempo y espacio, sin que pueda ser reproducida y seguir llamándose intimidad.
Ahí te mando un beso, flaca.
Increible, esta historia yo también la he imaginado. La has descrito genial.
No sé. Yo creo que el sexo puede no ser nada tierno a veces.
Buen relato, Dora.
Un beso,
Claudia: Muchas gracias! Es una historia que en parte es fácil que trascienda la imaginación. Gracias por pasarte y por comentar.
Linterna querida: pienso lo mismo que tú.
Un beso a ambas. Gracias
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