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lunes, 12 de julio de 2010

Empathie



El suicidio le producía una profunda admiración. Un acto poseido de tal fuerza y valor que no podía sino sobrecogerse ante aquéllos que decidían poner un punto final a sus vidas.

Prefería obviar el reguero de dolor que quedaba tras ello inundando a todos aquéllos que algún día habían compartido aunque sólo fuera un momento con quien decidía matarse;porque si lo pensaba,se nublaba de tristeza todo su horizonte.

No quería que fuese aquélla una lectura triste, ni quería seguir con ese tono átono que parecía envolver sus últimos días. No quería aburrir a los demás con su rictus.Pero llegó el final del libro y con él el desenlace inesperado. No fueron felices ni comieron perdices. No llegó a tiempo el príncipe a caballo para rescatarla. No se cumplieron los tópicos con ella. Lectora y personaje. Autora y creación. Un fundido disoluble cargado de vivencias compartidas y de empatía que acerca a quien quiera estar cerca.

Con el suicidio de Ella, murió algo en ella.


2 comentarios:

javier dijo...

Desde el punto de vista formal me encanta. Pero alma en pena, saca ese carácter, mírate en un espejo, respira hondo, y escribe algo que nos suba el ánimo.
Es verano y ya escribes pasajes otoñales. Es verdad que son tiempos de ausencias y vacíos. Pero los ausentes, que no disidentes porque sigues siendo nuestra causa, no queremos creer que eres una causa perdida.
También puede ser que te estés tomando las crevezas muy calientes. Algún sitio habrá donde tomarla bien fría
Mientras tanto, ahí queda una lealtad persistente y nostálgica de alguien que espera leer la próxima vez algo escrito con la otra mano.

Marie dijo...

Me encanta la imagen surrealista. Es tremenda.